OSINT: tu transa de Telegram está en la mira
Desde hace algunos años, la compra y venta de porro (y otras drogas) a través de plataformas de chat se volvió una práctica súper común en Argentina. Hay al menos dos metodologías. La compraventa a conocidos y/o a desconocidos.
Con conocidos es sencillo: algún cultivador arma una lista de difusión y por ahí manda las novedades a un círculo de confianza. Se maneja con pocas reservas porque conoce a cada persona que le compra. Y si no la conoce, es que llegó por alguna referencia del grupo.
La venta a desconocidos, en cambio, suele tener otros vericuetos. En general se hace desde grupos de Telegram y el producto principal es el porro, por lo común de alguna genética premium. Aunque también se ofrecen otros productos del mercado de drogas: pastillas de éxtasis, tusi, cocaína, ketamina. Osea, digamos, anfetaminas con diferentes nombres. En esos grupos se suele exigir que no haya identificaciones personales y que los usuarios se mantengan anónimos bajo amenaza de doxxeo.
En general, las entregas son en modalidad delivery y las transacciones se hacen en efectivo o bien con billeteras digitales, dependiendo del nivel de persecuta de ambas partes. Hasta acá, lo normal.
Es probable que la creación del Reprocann haya aumentado la laxitud de las fuerzas de seguridad con este tipo de "narcomenudeo" bancado por un tácito laissez faire, laissez passer. Sin embargo, y pese a que quizá no sucede con tanta frecuencia, la policía cuenta con las herramientas necesarias para supervisar las redes en busca de delitos.
Si bien esta postura no es novedosa, la reciente circular del ministerio de seguridad 428/2024 referida al "ciberpatrullaje" refuerza las posibilidades en este sentido. La policía está habilitada para hacer inteligencia de fuentes abiertas. O como se conoce en inglés: OSINT.
Inteligencia Criminal de fuentes abiertas en Argentina
ARTÍCULO 1°.- Las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales deberán adecuar su conducta a las siguientes pautas, principios, criterios, recomendaciones y directivas para las labores preventivas de los delitos que se desarrollan en ambientes cibernéticos. Dichas tareas preventivas se llevarán a cabo únicamente mediante el uso de sitios web de acceso público y fuentes digitales abiertas entendiéndose estas como los medios y plataformas de información y comunicación digital de carácter público, no sensible y sin clasificación de seguridad, cuyo acceso no implica una transgresión al derecho a la intimidad de las personas, conforme lo normado en la Ley de Protección de Datos Personales N° 25.326 y sus normas reglamentarias.
El OSINT es una de las variedades más comunes para recopilar "inteligencia", es decir, información pública de usuarios registrados en redes digitales. Si bien esto no implica una novedad, teniendo en cuenta el perfil de seguridad desarrollado por la ministra Patricia Bullrich y la reciente cooperación de agencias de inteligencia extranjeras en conjunto con las locales, es de suponer que habrá un aumento de esfuerzos.
En este sentido, la resolución 428/2024 establece en su Artículo 2º que "las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales desarrollarán labores preventivas en el espacio cibernético" en relación con una serie de temas, de los cuales el primero mencionado son las "Infracciones y conductas contempladas en la Ley N° 23.737".
Cabe recordar que la Ley N° 23.737 es la conocida "Ley de Drogas". Por lo cual, a partir de esta resolución y el perfil "duro" que desarrolla la ministra de seguridad respecto a la compraventa de drogas ilegales, es muy probable que se note un considerable aumento del rastrillaje en los diferentes sistemas de chat como pueden ser WhatsApp, Telegram o Discord.
La cercanía del actual gobierno con agencias como la CIA o la inteligencia de Israel (cuyo principal producto de exportación de espionaje es el software Pegasus) hace suponer que tanto la nueva inteligencia local así como las fuerzas de seguridad empiezan a tener una mayor capacitación en este plano.
Un Minority Report argento
A esto se suma la última actualización respecto de este tema, que es la decisión de las fuerzas de seguridad de empezar a "automatizar" estos rastrillajes a través de "inteligencia artificial". La resolución en cuestión es la 710/2024, que establece:
ARTÍCULO 1°.- Créase la UNIDAD DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL APLICADA A LA SEGURIDAD (UIAAS), que funcionará en la Dirección de Ciberdelito y Asuntos Cibernéticos dependiente de la UNIDAD GABINETE DE ASESORES.
ARTÍCULO 2°.- La UNIDAD DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL APLICADA A LA SEGURIDAD (UIAAS) estará encabezada por el Director de Ciberdelito y Asuntos Cibernéticos e integrada por las áreas de las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales competentes en la materia, cuyos representantes serán designados por la autoridad máxima de cada una de esas fuerzas.
Básicamente, la norma establece el marco legal para la utilización de una posible herramienta que permita analizar de forma algo automatizada y escalable los inmensos volúmenes de información que se genera en diferentes plataformas sociales, en especial las de mensajería instantánea. La noticias parece salida de Minority Report, el cuento de Philip Dick donde la policía cuenta con una división de anticipación de crímenes.
Con la creación de un marco regulatorio que lo permite y la aparición de nuevos jugadores en la investigación criminal, es probable que la recopilación y análisis de datos de fuentes abiertas se convierta en una tendencia en el corto y mediano plazo. Aunque también vale aclarar que, si bien las condiciones están dadas, esto no deja de ser Argentina y muchas de estas declaraciones rimbombantes luego terminan por chocar con la realidad presupuestaria y administrativa de las instituciones que deben implementarlas.
Más allá de eso, es recomendable para quienes utilicen estos medios de intercambio tener en cuenta los nuevos lineamientos del "metajuego" y aumentar los cuidados con los acercamientos tan silvestres al intercambio de información y/o dinero cuando se trata de prácticas que, si bien hasta ahora fueron toleradas, son abiertamente ilegales.