En las canciones que viene sacando desde finales de 2021, Marttein se mueve como una criatura de la noche que sabe cuándo agazaparse, cuándo saltar con una mordida al cuello y cuándo fingir demencia para que otros bichos –más grandes, peligrosos y/o puestos– no lo jodan. El tropos naranjamecaniquesco sobre llamar al transa o ser acuchillado por pendejos drogados es apenas el stage one del universo Marttein. Hay cierta construcción de un fisurismo glam pop que hace pensar en una evolución de Pity atravesada por algunas décadas más de shitposting y atención fragmentada. Pero el flow charlado de este pibe del 2001 conecta también con el teatro de alto impacto, incluso más que con el relajado spoken word de las jams de poesía. MARTTEIN es un disco rockero, electrónico y tanguero que, sin recurrir sistemática ni sintomáticamente a géneros de moda, igual suena futurista, potente y cautivante. Y esto último en su sentido más literal: es un disco que te atrapa en sus redes, tejidas por un querubín maldito que parece haber caído a la Tierra en plena abstinencia, después de una ronda de trip hop espacial.
► Buenos Aires
► 24 minutos
► Octubre de 2024