En los últimos años se habla cada vez más sobre el asunto de la atención en internet y la attention economy, concepto emergente que terminó de romper con el auge reciente de las memecoins. La cosa es que, en 2019, el devolverle al usuario el poder de manejar su atención fue el eje de Brave, un navegador web que es el primer producto tecno que menciono si me piden una recomendación de hardware o software que mejore la cotidianidad. Conocí Brave por Juan, nobleza obliga, cuando me ofreció esta nota para el NO. Lo uso en PC y teléfonos Android desde entonces y es todo lo que necesito: es rápido, seguro, privado, full modular y full funcional, porque está basado en Chromium y banca cualquier agregado que banque Chrome. Lo creó Brendan Eich, que hizo el primer motor de JavaScript y es cofundador de Mozilla. Desde que salió que se siente como software premium, aunque es gratuito, y en sus cinco años fue sumando integraciones cripto, de IA, videollamadas, VPN. Incluido, desde el comienzo, un sistema de gratificación a usuarios con su token BAT (Basic Attention Token). Aunque lo principal es su fascinante capacidad para separar contenido de ads, encuestas, pop-ups y marcadores, lo que permite tener una experiencia inmaculada de internet.
► Lanzado por Brendan Eich/Brave Software en 2019
► Bajalo de https://brave.com/